miércoles, 15 de diciembre de 2010

El amor como principio básico de la educación

En pedagogía existen tres vías posibles para motivar al niño ante el aprendizaje: el miedo, la ambición o el amor. En la Pedagogía Waldorf se renuncia a las dos vías citadas en primer lugar, y se intenta despertar en el niño el amor a las cosas que ha de conocer. Los niños deben interesarse por las materias escolares y la escuela misma por amor, no a consecuencia de calificaciones o ventajas personales. En lo posible se rehúsa utilizar medidas coercitivas externas. No la obligación externa, sino el entusiasmo por un tema debe ser determinante para el aprendizaje. Pero ello sólo sucede cuando maestros y maestras se hallan tan entusiasmados e interesados en las materias impartidas como debieran estarlo sus alumnos.

Durante los primeros siete años de vida un niño vive la religión instintivamente puesto que se entrega incondicionalmente a cualquier experiencia. Cuando un niño siente alegría ante un acontecimiento, todo es alegría, cuando se siente desesperado ante un hecho se encuentra sumido completamente en esa terrible sensación. Esa capacidad de sentirse uno con la vivencia que experimenta puede ser definida como una religiosidad corporal o sensible. La posibilidad de que esa entrega infantil se dirija hacia experiencias indignas e insanas se presenta en nuestro tiempo como un peligro acuciante.
En el segundo septenio de la vida del niño su entrega religiosa se retrae y se ve cubierta por una atmósfera suave y lúdica, así como por un cierto egoísmo sano. En esa etapa las actitudes morales y religiosas, los sentimientos y el comportamiento sólo pueden ser cultivados a través de la actividad artística. Se trata ante todo, de cuidar la forma de comportamiento, de manera que el niño pueda desarrollar el respeto profundo y el agradecimiento, el amor a todo aquello que aprende y el entusiasmo en toda su actividad.
En la etapa adolescente surgen, desde lo más profundo del alma, cuestiones religiosas tales como el sentido de la existencia del hombre o su relación con el origen divino del mundo. Ante tales preguntas el joven busca la confrontación, su propio criterio, su propia capacidad de juicio. Es posible desarrollar una verdadera devoción en la esfera religiosa de la vida y sin embargo ello puede conducir a errores. El joven puede dejarse llevar por todo tipo de idolatrías y extravagancias, en lugar de encontrar, a través de la experiencia moral y religiosa, la fuerza necesaria para desarrollarse interiormente a fin de poder dar pasos nuevos en la génesis del ser humano.

“La Pedagogía Waldorf está dirigida al niño en mucha mayor medida que ningún otro sistema educativo. El aprendizaje, sea de Química, Matemáticas, Historia o Geografía, está impregnado de vida y alegría, lo que es la única base real para estudios posteriores. La educación crece junto con la vida, y sirve así a los alumnos Waldorf a lo largo de muchos años. Cuando llegan a un Colegio o a la Universidad, estos estudiantes tienen una amplia y profunda base, así como un notable entusiasmo por aprender. Este tipo de estudiantes poseen el ojo de los descubridores, el corazón compasivo de los reformadores que, cuando intervienen en una tarea, pueden modificar el planeta.”

Parece increible que en un Estado como el nuestro continuemos con practicas educativas del siglo 19, obligando a los niños a "aprender" a base de miedo y ambición. No podemos poner a nuestros hijos a competir entre ellos, no podemos regañarlos o hay quien hasta buenas palizas les da por no cumplir con las espectativas de nosotros los padres. Que no los hijos son nuestros seres mas amados y es un amor incondicional el que les tenemos?, entonces porque ser tan mediocres con castigandolos? su educacion debe ser natural, sana y considerando que son los hombres y mujeres del futuro. 

Debemos formar hombres y mujeres de bien, que conozcan y amen a la madre tierra, que sepan devolver lo que de ella reciben, que conozcan el amor incondicional; el amor universal, reflejado en sus acciones diarias, en su vida social, en si mismos.

" La luz penetra en mi,
inicio mi labor,
con mis manos modelo mi cabeza y corazón
y transformo la materia
que devuevlo a la tierra
con luz y amor"

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